Uno de los principales problemas que tiene la mujer occidental hoy es no sentirse plenamente satisfecha de sus relaciones sexuales; es más, de su vida sexual.
Una serie de tabúes y condicionamientos culturales han hecho que la mujer sea un actor pasivo en su propia relación sexual, supeditada al hombre. Esto lleva, incluso, a que la mujer supedite su capacidad orgásmica a la de su amante, inhibiéndo en muchos casos su propio placer.
Varias son las causas. La principal es el ritmo distinto que se mueve en la sexualidad masculina y femenina. La Mujer es agua sexualmente y el hombre es fuego, mientras que emocionalmente, ellas son fuergo y el hombre agua. Por esto, la mujer necesita mucho más tiempo y dedicación (ternura, caricias, juegos, etc) que el hombre para excitarse; mientras que ellos caldean rápidamente su cocina sexual. Los hombres, acostumbrados por cultura a recibir el placer, no son capaces de respetar los tiempos de ellas, por lo que llegan más pronto al orgasmo y se olvidan de que su compañera aún está en los prolegómenos.
Esta desarmonización de ritmos sexuales lleva a muchas mujeres a no tener los orgasmos que necesitan o desean. La mayoría se conforma con uno, casi siempre después del de su compañero, pero desconocen que su capacidad sexual admite siempre la multiorgasmia, por lo que podrían (deberían) continuar gozando durante mucho más tiempo. Además, el primer orgasmo femenino suele ser un boceto del placer que llega después, con el resto de orgasmos; por lo que las mujeres se están perdiendo una parte importante de su sexualidad.
La mujer debe exigir su derecho a una sexualidad plena, con sus tiempos y características propias, distintas a las del hombre. Como decíamos, más tiempo para jugar; para besar; sentirse acariciada en todo el cuerpo, no sólo en las zonas erógenas; mucha más ternura en las caricias, ya que muchos hombres gustan de la fuerza, pensando que a ellas también les agrada, cuando no esa así; etc.
Comenzar con un masajes sensual es una buena manera de jugar y de proporcionar deseo y excitación a la mujer amada. Así mismo, el hombre debe dedicar mucho más tiempo a conocer el cuerpo de su compañera, sus zonas más sensibles y erógenas, que no sólo hablamos de clítoris y pezones.
Pero lo malo es que muchas mujeres tienen asumido el rol pasivo y supeditadas a él, desconocen su auténtico potencial sexual. Lo peor es que no suelen encontrar apoyo en sus amantes, porque acostumbrados a su propio papel protagonista, ignoran o no toman en consideración las necesidades y problemas sexuales de sus mujeres; es más, cinica e ignorantemente piensan que son buenos amantes porque consiguen que ellas tengan un orgasmo, sin percatarse de que este no es sino el comienzo de una lista interminable de ellos.
Para solucionar este problema está la Sexualidad Sagrada y la Reflexología Sexual. A través del trabajo personalizado con cada mujer, el terapeuta tántrico le hace descubrir su auténtico potencial sexual (único para cada mujer) le hace conocer su capacidad multiorgásmica, le devuelve el protagonismo que nunca debió perder; y le proporciona las pautas para mejorar su vida sexual en pareja (así como otros ámbitos de su existencia: psíquico, emocional y físico)
La mujer que no sabe lo que es un orgasmo, descubre a través de la Terapia Tántrica que esta anomalía tiene facilísima solución. La fémina que se conforma con un solo orgasmo, aprecia lo portentoso que resulta ser multiorgásmica.
El trabajo del terapeuta tántrico es personal para cada mujer, pautando cada sesión de forma individualizada, trabajando tanto tántricamente como a través de la Reflexología Sexual y la Armonía Emocional.
Toda mujer es multiorgásmica. Apreciarlo es cuestión de ella misma y de aceptar su condición de Sakti libre.
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Terapia Emocional Tántrica.
Problemas de anorgasmia y falta de deseo sexual.
A través de la Terapia tántrica y la Reflexología sexual, podemos ayudarte a mejorar tu vida sexual, a desarrollarte como mujer y amante, a mejorar tu estado de salud física y emocional y a encontrar en tu sexualidad la fuente de la felicidad
Terapia individualizada. Sesiones de 2 horas.